No hay docencia sin discencia paulo freire

Paulo Freire y el robo crítico de la educación
Herndl, Carl G. "Teaching Discourse and Reproducing Culture:A Critique of Research and Pedagogy in Professional and Non-Academic Writing". Obras centrales en comunicación técnica. Eds. J. Johnson-Eilola y S. Selber. Nueva York: Oxford University Press, 2004. 220-231. Imprimir.
En este capítulo, Carl Herndl defiende la necesidad de contar con una teoría más fundamentada de la pedagogía en la enseñanza de la escritura técnica, basada en su experiencia como profesor de escritura técnica y en teorías de los estudios de composición y retórica, el marxismo, los estudios feministas y la pedagogía crítica. Dado que la educación no es neutral, Herndl afirmó que si no somos críticos en nuestra investigación y enseñanza "nuestra práctica pedagógica producirá estudiantes que ignoran el desarrollo ideológico del discurso y que no pueden percibir las consecuencias culturales de un discurso dominante o las comprensiones alternativas que excluye" (222).
El objetivo de la pedagogía radical, según Herndl y Freire, es llevar a los estudiantes a una conciencia en la que no se acomoden ni se opongan meramente al orden social, sino que puedan reposicionarse activamente dentro de él: "Desde esta perspectiva, enseñar un discurso no académico sin un cuidadoso análisis cultural refuerza las estructuras ideológicas dominantes de la cultura y dificulta, si no imposibilita, la autoconciencia cultural" (223).
Foucault: Disciplinariedad y creación de cuerpos dóciles
La dialógica, esencia de la educación como práctica de la libertad; la dialógica y el diálogo; el diálogo y la búsqueda de contenidos programáticos; la relación hombre-mundo, los "temas generadores" y los contenidos programáticos de la educación como práctica de la libertad; la investigación de los "temas generadores" y su metodología; el despertar de la conciencia crítica a través de la investigación de los "temas generadores"; las diversas etapas de la investigación.
Al intentar analizar el diálogo como fenómeno humano, descubrimos algo que es la esencia misma del diálogo: la palabra. Pero la palabra es algo más que un mero instrumento que hace posible el diálogo; en consecuencia, debemos buscar sus elementos constitutivos. En la palabra encontramos dos dimensiones, la reflexión y la acción, en interacción tan radical que si se sacrifica una -aunque sea en parte- la otra se resiente inmediatamente. No hay palabra verdadera que no sea al mismo tiempo praxis.1 Así pues, pronunciar una palabra verdadera es transformar el mundo.2
Una palabra no auténtica, incapaz de transformar la realidad, resulta cuando se impone la dicotomía a sus elementos constitutivos. Cuando se priva a una palabra de su dimensión de acción, automáticamente se resiente también la reflexión; y la palabra se transforma en palabrería ociosa, en verbalismo, en un "bla" alienado y alienante. Se convierte en una palabra vacía, que no puede denunciar el mundo, porque la denuncia es imposible sin un compromiso de transformación, y no hay transformación sin acción.
Pedagogía del Oprimido: Noam Chomsky, Howard
"La educación o bien funciona como un instrumento que se utiliza para facilitar la integración de la generación más joven en la lógica del sistema actual y propiciar la conformidad, o bien se convierte en la práctica de la libertad, el medio por el que hombres y mujeres se enfrentan de forma crítica y creativa a la realidad y descubren cómo participar en la transformación de su mundo."
"Cuanto más radical es la persona, más plenamente entra en la realidad para, conociéndola mejor, poder transformarla. Esta persona no tiene miedo de enfrentarse, de escuchar, de ver el mundo al descubierto. Esta persona no teme encontrarse con la gente ni entablar un diálogo con ella. Esta persona no se considera dueña de la historia ni de todos los pueblos, ni liberadora de los oprimidos; pero sí se compromete, dentro de la historia, a luchar a su lado."
"No se pueden esperar resultados positivos de un programa educativo o de acción política que no respete la visión particular del mundo que tiene el pueblo. Tal programa constituye una invasión cultural, a pesar de las buenas intenciones."
Paulo Freire: Educar para proclamar el mundo
Fui a la enseñanza pre-secundaria, que duró de 1988 a 1992, en el subdistrito de Uato-Carbau. El lugar donde estudiaba estaba a cuatro kilómetros de mi casa, y caminar era la única forma de desplazarse. Teníamos clases de ciencias, biología y física, impartidas por la policía indonesia (POLRI), que iba a las escuelas uniformada y armada, además de otros profesores de lengua, ciencias sociales, arte, matemáticas y ejercicio físico. Esa situación formaba un contexto de opresión porque la educación estaba representada por los profesores y la policía. (Xavier 2016, p. 31)
Cuando me exilié, me distancié de Brasil. Empecé a entenderme y a comprenderlo mejor . Tomé distancia de lo que hacía asumiendo el contexto provisional para entender lo que hacía. Pude prepararme mejor para seguir haciendo algo por mi contexto y prepararme para un posible regreso a Brasil.
Era absolutamente prioritario que los alumnos guineanos estudiaran su propia geografía y no la de Portugal, las ensenadas del mar y no el río Tajo. Era urgente que estudiasen su historia, la historia de la resistencia de su pueblo al invasor y la lucha por su liberación que les devolvió el derecho a hacer su propia historia, y no la historia de los reyes de Portugal y las intrigas de la corte. (p. 20)